La decisión adoptada por el Gobernador Civil de la
Provincia de La Romana, para reabrir la circulación vehicular por la Avenida
Padre Abreu, frente al Complejo Deportivo local, resulta bastante tardía, pero
no por ello deja de ser juta.
No era posible que la principal vía de entrada y
salida a la ciudad, la vía más expedita de comunicación entre dos municipios,
estuviese cerrada por una decisión de prepotencia, arbitrariedad, imprudente, a
tal extremo de crear un mayúsculo desorden en el tránsito vehicular en toda esa
área.
Y aunque tardío, reiteramos, la decisión de reapertura
de la Padre Abreu, justo es decir que los medios de comunicación, nuestros
medios de comunicación, se convirtieron en un estandarte hora a hora, día por
día, para que esa barrabasada fuese revertida.
El egocentrismo, el complejo de inferioridad de un
sujeto que el mismo se echa al menos, complejo que pretende demostrar con una
supuesta superioridad, prepotencia, intolerancia, que lo han llevado a creer que
ciertamente es dueño de un pueblo, o
como el mismo ha dicho, “es un dios”.
Esta derrota, probablemente la primera de una larga
cadena, porque cometer tantos yerros, maltratar a tantos sectores, tiene que
revertirse, cada inconsecuencia tomada sea cambiada y donde haya que tomar
acciones represivas se tomen, porque no se puede seguir jugando con la
ignorancia y paciencia de un pueblo.
Actuar de manera medalaganaria no debe seguir siendo
el Norte de este funcionario municipal. Utilizar los recursos del pueblo de
como si fuesen parte de una herencia personal. Poner a trabajar y contratar
servicios para no pagarlos, son situaciones que no deben seguir.
Reiteramos, fue tardía la decisión, pero justa y
esperada. Como justo y esperado debe seguir siendo el papel de los medios de
comunicación en este pueblo y todo el mundo, como lo hicimos nosotros en ese
caso.