Jorge Quiroga llevó en persona a la CIDH su
demanda contra la nueva postulación de Morales para las elecciones de
2014 porque la considera inconstitucional.

El expresidente de Bolivia Jorge Quiroga alertó ayer a
la CIDH de que el actual mandatario, Evo Morales, quiere repetir "a lo
boliviano" la maniobra que permitió la segunda reelección del
expresidente de Perú Alberto Fujimori en 2000, y criticó el "doble
rasero" de Brasil y otros países.
Quiroga, que presidió el país entre 2001 y 2002,
llevó ayer en persona a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
(CIDH) su demanda contra la nueva postulación de Morales para las
elecciones de 2014 porque la considera inconstitucional.
"Se está pisoteando la democracia en Bolivia porque hay un
presidente que no tiene un tercer mandato y que, como Fujimori en 2000,
está buscándolo a través de una instrumentalización del Tribunal
Constitucional", dijo Quiroga a periodistas tras presentar la demanda en
Washington. "Es un ׳Fujimorazo׳ al estilo boliviano".
El expresidente pidió a la Comisión, aquejada de un fuerte
retraso procesal, que trate de agilizar el trámite para "que no ocurra"
lo mismo que en el caso de Fujimori, cuyo proceso de reelección fue
juzgado irregular en un informe de la CIDH en 2004.
"Me dolería que pase lo del Perú, que lleguen de acá a dos años y
digan que ha sido una barbaridad, después de que se consumen los
hechos. Es mejor eso a no tener nada, pero tienen la oportunidad y el
tiempo para manifestarse antes", afirmó Quiroga tras dar una charla en
el centro de estudios Diálogo Interamericano.
El secretario ejecutivo de la CIDH, Emilio Álvarez Icaza, dijo a
Efe el pasado viernes que, pese a la proximidad de las elecciones en
Bolivia, el organismo dará a la demanda de Quiroga "el mismo trato que a
cualquier otra denuncia", porque tiene que responder "en función de su
mandato" y no en interés "de otras agendas".
Pese a ello, Quiroga opinó que "la correlación de fuerzas en el
hemisferio está cambiando" y que su demanda no habría tenido "chance
(oportunidad) de prosperar en 2008, cuando Venezuela tenía con el
׳petropoder׳ el control de 22 de los 34 votos en la Organización de
Estados Americanos (OEA) y eso tenía impacto en la Comisión".
Confió en que una "violación tan clara y documentada" motive una
respuesta de la comunidad internacional, que "avaló" los límites a la
reelección impuestos en la Constitución boliviana de 2008.
Esa Constitución permite sólo dos periodos consecutivos y Morales
ya está en su segundo mandato, pero el Tribunal Constitucional avaló en
abril pasado una nueva postulación del mandatario con el argumento de
que los mandatos previos a 2009 no cuentan, al haberse refundado Bolivia
ese año como "Estado plurinacional".
"Hay muchos integrantes de la comunidad internacional que ojalá
despierten; o deberían despertar", apuntó Quiroga. "Mire la
inconsistencia de Brasil: se hizo un juicio al expresidente (paraguayo
Fernando) Lugo. Un juicio constitucional abrupto; que todos podemos
criticar, pero estaba en la Constitución", recordó.
"Suspendieron a Paraguay del Mercosur. En Bolivia hay una
violación flagrante de la Constitución. ¿Dónde está la voz de Brasil que
tan duramente se alzó en el caso de Paraguay?", preguntó.
Eso revela, consideró, que "hay dos clases de valores
democráticos, uno para favorecer a los integrantes de países del ALBA
(Alianza Bolivariana para las Américas) y (otro que dice que) si la
violación es suya la dejo pasar".
"Eso es profundamente antidemocrático, es un doble rasero que es
inaceptable y espero que la comunidad internacional se pronuncie",
agregó.
Quiroga, candidato presidencial en las elecciones de 2005, no
quiso precisar si competirá en los comicios del próximo año y reconoció
que la "fragmentación" de la oposición en Bolivia supone un problema.
Recordó que este año envió sin éxito tres cartas al secretario
general de la OEA, José Miguel Insulza, para pedirle que el Consejo
Permanente del organismo analizara la nueva postulación de Morales.
Su demanda ante la CIDH se basa en presuntas violaciones a los
artículos 7 y 8 de la Carta Interamericana Democrática y el artículo 23
de la Convención Americana de Derechos Humanos.