El entierro de Florián Féliz, realizado en el nuevo cementerio ubicado a la entrada de esta ciudad, constituyó una manifestación de duelo por la gran cantidad de personas de todos los estamentos sociales que acompañó el féretro que contenía sus restos, hasta su última morada.
A las 3:50 minutos religiosos de una congregación Adventista, a la que pertenece la familia de Florián Féliz, le ofrecieron un culto a cuerpo presente en la funeraria El Ángel, ubicada en la calle Anacaona, de donde partió el cortejo fúnebre y recorrió la avenida José Francisco Peña Gómez, dobló por la José A. Robert para luego tomar la avenida Casandra y finalmente arribar al campo santo.
Tanto los religiosos que tuvieron a cargo el culto como un familiar de la víctima que pronunció un panegírico en el campo santo demandaron de las autoridades que investiguen el incidente en el que murió el presidiario y que realicen su labor con imparcialidad y justicia, para evitar que este hecho quede impune.
Cuando el cortejo salió rumbo al cementerio el cielo se nubló totalmente, comenzó a lloviznar por lo que se temía iba a caer un fuerte agracero, pero la multitud desafió la lluvia y continuó la marcha con toda normalidad.
Muchas personas, incluyendo periodistas de los diferentes medios de información local, regional y capitalino, estaban alerta por los rumores que circularon el día anterior en torno a la posible ocurrencia de manifestaciones de protestas durante el velatorio y entierro de Florián Féliz, pero no ocurrió
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