sábado, 12 de enero de 2013

El país que tienen los hermanos de Venezuela Ahora tienen un país con la más alarmante incertidumbre



Desde este 10 de enero nada es igual para nuestros hermanos de  Venezuela. Ahora tienen un país con un  Presidente electo que lleva un mes o algo más no sólo ausente - y según su Vicepresidente incapacitado para regresar al territorio - sino también en el más absoluto silencio visual y auditivo.

Tienen un país en el cual el Tribunal Supremo de Justicia prorroga un mandato presidencial que constitucionalmente terminó y da un largo margen de espera a otro mandato presidencial que no pudo comenzar cuando le correspondía, en una grosera violación a su carta magna.

Tienen un país en cuya información oficial no confía Brasil, que optó por enviar un alto funcionario asesor de su presidencia a tratar de informarse directamente en Cuba con el Gobierno cubano.

El 10 de enero mis amigos amanecieron con un país que alardea de ser soberano, pero al cual otro gobierno exterior le niega información sobre su propio Presidente; un país con un pueblo que se deja naricear por campañas y proclamas de propaganda, y unas autoridades que permiten que gobernantes y funcionarios extranjeros intervengan personalmente en la política nacional apoyando a unos e insultando a otros en la cara de quienes se supone son los máximos dirigentes nacionales y con presencia y participación de efectivos militares.
El país que tienen ahora nuestros hermanos de Venezuela es dirigido por un Gobierno sospechoso de inconstitucionalidad para millones de sus habitantes y que, al menos hasta ahora, sólo parece ocupado en amenazar a todo el que se le oponga o lo critique.

Ahora tienen un país al cual, a los problemas y carencias incrementados a lo largo de catorce años, se suma la más alarmante incertidumbre, y los chavistas en todo reconocen la ilegalidad constitucional en la que están sumergidos, sin embargo como algunos de este pueblo de La Romana, lo justifican aduciendo un supuesto bienestar de los más pobres. Dios cuanta hipocresía y doble moral.

0 comentarios: