En una rueda de prensa celebrada en el local, Orlando Jorge Mera informó a una enardecida militancia que lo interrumpió numerosas veces, que Mejía había hablado con el jefe policial José Armando Polanco Gómez, y con el ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, con quienes se comprometió a retirar a sus seguidores del local.
El anuncio causó malestar entre los perredeístas que esta mañana, en medio de disturbios que dejaron heridos de bala, ingresaron al local que les había estado vedado durante por lo menos el último año.
Fue necesaria la intervención de Ramón Alburquerque para apaciguar los ánimos. Este les recordó que es un deber de todos ellos respetar la decisión de un dirigente que, como Mejía, se puso esta mañana al frente de sus seguidores y marchó hasta el local perredeísta en medio de policías y tiros.
“Aquí todos somos guapos y entre nosotros no hay que dar lecciones de amor al PRD”, dijo Alburquerque.
Fello Suberví, quien también intervino, recalcó las condiciones puestas por Mejía para desalojar el local y responsabilizó a Polanco Gómez y a Peralta de lo que pueda ocurrir si desconocen lo acordado.
Jorge Mera, secretario general suspendido por dos años por la facción de Vargas Maldonado, resaltó la historia de lucha democrática del perredeísmo y afirmó que, en todo momento, la facción que lidera Mejía ha insistido en el diálogo como vía para superar la crisis interna.
Instó a la militancia a entender que la organización se encuentra en una crisis que demanda soluciones excepcionales.
Pidió a la Iglesia católica asumir un papel mediador, como lo planteó la pasada semana el propio Mejía.
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